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El conflicto que no termina: nueva escalada entre Irán e Israel

El conflicto histórico entre Israel e Irán entra en su punto más caliente luego de que Benjamín Netanyahu, de forma imprevista y preventiva, realice una serie de ataques en territorio iraní. Lejos de quedar inmóviles, los persas contraatacaron con una andanada de misiles que lograron superar la famosa “Cúpula de Hierro”, poniendo en cuestionamiento la invulnerabilidad del territorio israelí. Las hostilidades parecen estar lejos aún de terminar.


Por Ramiro Mendoza Blasi



Los drones, aviones de combate y misiles vuelven a volar por los cielos de Medio Oriente, en este caso en dirección a Irán e Israel de manera mutua. Esta situación de conflicto entre ambas naciones no es nueva, pero sí distinta. Podemos recordar que ya el año pasado ambos países se atacaron de manera mutua, sin embargo, lo que es distinto esta vez es la magnitud de los ataques y del armamento utilizado. ¿Cómo fue que se llegó a este punto? ¿Qué repercusiones traerá esta nueva escalada? ¿Cómo finalizará esto? Estas son algunas de las preguntas que abordaremos en este artículo.

 

Un nuevo capítulo en el conflicto

 

El viernes 13 de junio pasado, Israel lanzó un ataque preventivo contra Irán. El motivo no es claro: ¿poner un freno a su plan nuclear? ¿al posible desarrollo de armas nucleares? ¿O acaso poner fin al régimen de Teherán? Estos y otros fueron los argumentos que el propio Netanyahu declara de manera pública tanto a Israel como al mundo a través de un comunicado de 7 minutos.


“En los recientes años Irán ha producido suficiente uranio enriquecido para 9 bombas atómicas” declaró el primer ministro israelí, ¿es esto cierto? Es difícil de asegurar ya que no existen pruebas fehacientes de que Irán haya llevado adelante pruebas nucleares, ni de que esté desarrollando un armamento nuclear, sin embargo, no podemos ignorar el hecho de que podría ser una posibilidad, más teniendo en cuenta la tensa y conflictiva relación que el país tiene no solo con Israel sino también con Estados Unidos.


El programa nuclear iraní hace varios años que se encuentra en el centro de un sinfín de discusiones, sin embargo, es necesario recordar que, en 2015, luego de arduas negociaciones, se logró llegar a un acuerdo en torno a este programa, el cual firmaron Estado Unidos, China, Francia, el Reino Unido, Rusia, Alemania, la Unión Europea y el propio Irán. El acuerdo planteaba una reducción de las reservas de uranio enriquecido (reducción del 98%), se comprometía a limitar la cantidad de centrífugas capaces de enriquecer el uranio, así como también se comprometía a no producir plutonio (elemento necesario para la producción de armas nucleares) y en respuesta se levantarían las sanciones impuestas sobre el país. Este representó un hecho histórico, el cual llegó a su fin cuando Estados Unidos, bajo la administración Trump, abandonó el acuerdo, lo cual fue tomado por Irán como el fin del mismo, y el inicio de una nueva etapa signada por el aumento de sus reservas de uranio enriquecido.


Volviendo a la actualidad, Irán asegura que su programa nuclear persigue solo fines civiles, sin embargo, son varios los que creen que esto no sería así, entre ellos Israel, que, frente al estancamiento de las negociaciones entre Washington y Teherán en torno a esta cuestión, no dudo y actuó, llevando adelante la denominada “Operación León Ascendente”, asestando fuertes golpes a las instalaciones nucleares iraníes y asesinando a altos mandos militares y científicos que dirigían el programa. Si esto fue posible, fue gracias a un gran trabajo de inteligencia y organización previa por parte de los altos mandos israelíes, quien a lo largo de los años han demostrado ser impecables e implacables en el desarrollo y planificación de sus operaciones militares. Es a partir de esto que nos encontramos donde estamos, Irán lanzando misiles balísticos sobre todo el territorio israelí mientras estos bombardean Irán.


El fantasma de las armas nucleares, la promoción de organizaciones terroristas y el ataque preventivo son conceptos y acciones que no son ajenas a la región sobre todo por lo ocurrido en el año 2003 con Irak. Sin embargo, esta guerra que acaba de desatarse es totalmente distinta.

 

Por un lado, por los actores en conflicto, un Irán que ha sufrido derrotas geoestratégicas (caída del régimen de Al Assad –favorable a la nación persa-, la inhabilitación de Hezbollah y la devastación en Gaza y con ello de parte de Hamas) frente a un Israel envalentonado por las victorias antes Hezbollah, el avance en la Siria post-Al Assad y la destrucción y ocupación de Gaza, sumando con el que cuenta desde la Casa Blanca. A su vez, las capacidades militares de ambas naciones son particulares: mientras Irán no cuenta con sistemas de defensa tan modernos y efectivos como la “Cúpula de Hierro” israelí, si ha logrado demostrar que esta última no es infalible y que una cosa es resistir los misiles de Hamas y Hezbollah, y otra cosa distinta son los misiles balísticos e hipersónicos con los que cuentas Irán. Sin embargo no debemos de olvidar que, en teoría, Israel cuenta con armamento nuclear (en teoría porque jamás fue algo confirmado por el país hebreo).


Además de los factores antes enumerados es importante resaltar que el contexto histórico no es el mismo, que la situación geopolítica no es la misma que en 2003 y que el escenario político en Oriente Medio es uno de suma complejidad. Si bien Israel cuenta con el apoyo de Estados Unidos no es seguro que estos estén dispuestos a ingresar en un conflicto directo con Irán, más allá de este aliado Israel se encontraría solo. En el caso iraní esto no es mejor, sus fuerzas proxys están muy golpeadas, y no cuenta con aliados regionales. No obstante, quien se solidarizó con la nación persa fue Pakistán, quienes afirmaron que en caso de que Irán sufra un ataque nuclear estarían dispuestos a poner a disposición de estos últimos su arsenal nuclear.


¿Cuál es el objetivo de Israel?


Pareciera que la estrategia de Netanyahu ha sido la misma que con organizaciones como Hezbollah: descabezar altos rangos militares, diezmar las fuerzas armadas (evitando una posible organización para una contraofensiva) y, en este caso particular, apostar a la desestabilización del régimen del ayatolá Jamenei (con la esperanza de que este caiga), lo cual no parece haber dado frutos, sino lo contrario, Irán ha respondido con fuerza y pareciera que este conflicto no va a finalizar en el corto tiempo, lo cual para Netanyahu (que hace cuestión de días evito que se disuelva el parlamento) puede representar un seria problema, sobre todo para un país que hacer ya casi 2 años viven en un estado de guerra, con varios frentes abiertos: Líbano, Gaza, Siria, Yemen y ahora Irán.


¿Quién es o podría ser el gran ganador en este conflicto? La respuesta no es ni Irán, ni Israel, sino por el contrario, quienes más se podrían beneficiar de este conflicto son los otros grandes actores regionales, como Turquía o Arabia Saudita, pero para saber esto falta, por lo pronto si podemos saber quiénes serán los grandes perdedores, y son ni más ni menos que la población civil, tanto iraní como israelí.

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