El orientalismo y la cuestión Palestina en la obra de Edward Said
- Daniel Camargo
- 11 mar
- 10 Min. de lectura
Esta reseƱa busca repasar algunas ideas del pensamiento de Edward Said, retomando reflexiones e influencias que el autor brinda en El orientalismo (1978)Ā yĀ La cuestión Palestina (1979), teniendo como marco temporal contextual la serie de complejos y devastadores eventos que ha vivido la sociedad palestina tras el 7 de octubre del aƱo 2023 y la devenida crisis en Oriente medio.Ā

Por Daniel Camargo RiaƱo
Edward Said nació en JerusalĆ©n en 1935, de donde emigrarĆaĀ junto a su familia tras la creación del estado de Israel y el desenlace de la guerra Ćrabe - Israeli de 1948. Desarrolló parte de su juventud en el LĆbano y el Cairo. A inicio de la dĆ©cada de 1950 viajó a los Estados Unidos para emprender su carrera acadĆ©mica y profesional. Ante la imposible realidad de retornar a Palestina, se establece como profesor de literatura inglesa en la Universidad de Columbia (Nueva York) sobresaliendo como una figura relevante en el contexto de la crĆtica literaria del siglo XX. Entre su importante obra se destaca, El Orientalismo,Ā un texto a esta altura considerado clĆ”sico de los estudios culturales y literarios.Ā La cuestión Palestina, Representaciones del intelectual, Cubriendo el Ismal, reflexiones desde el exilio, crónicas palestinas, paralelismos y paradojas, dentro de otras obras, publicaciones y artĆculos. El trabajo y las reflexiones de Edward Said no solo tuvieron un impacto en el mundo intelectual, acadĆ©mico y divulgativo, ya que formó parte del Consejo Nacional Palestino hasta 1991 y estuvo involucrado como intermediario entre los Estados Unidos y la Organización para la liberación de Palestina, con la convicción de buscar una solución negociada en el conflicto.
Influencias en el pensamiento de Edward Said:Ā
La obra de Said se ha transformado en un referente fundamental para estudiosos e investigadores de la complejidad temĆ”tica vinculada al mundo Arabe-IslĆ”mico. Los acontecimientos producidos el 7 de octubre han puesto en el centro de la escena, tanto a nivel polĆtico como intelectual, la cuestión de las relaciones Islam-Occidente. En este marco, el pensamiento de Said es una herramienta de gran vitalidad conceptual para pensar la dinĆ”mica que anima los discursos occidentales hacia el espacio Ćrabe-IslĆ”mĆco.
En la introducción de El Orientalismo,Ā Said cita las lĆneas de El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, que dicen: "No pueden representarse a sĆ mismos, deben ser representados". Esta expresión de Marx (1852) le ha servido como base para reflexionar en torno a las cosmovisiones, percepciones y recreaciones ideológicas que en el Ć”mbito acadĆ©mico occidental se han elaborado y formulado sobre Oriente, Ante un mundo que estarĆa vedado para autoanalizarse y por ende para pensarse a sĆ mismo. Ā”Un mundo incapaz de analizar su propia imagen y verse asĆ mismo, estarĆa en manos de un proyecto o la misión civilizadora de Occidente, poniendo orden y sentido a su devenir histórico!
Said estudia la obra de literatos, historiadores, antropólogos, sociólogos y filólogos -principalmente ingleses y franceses del siglo XIX y norteamericanos del siglo XX- para develar un discurso sobre Oriente y lo oriental apoyado en instituciones, cosmovisiones, vocabulario, doctrinas, imaginarios e imĆ”genes consagradas a lo largo del tiempo por la autoridad y la tradición; seres humanos exóticos, paisajes extraordinarios, ambientes sensualistas y pasiones desenfrenadas, dĆ©spotas y tiranos, abundancia de creencias y filosofĆas de todo espectro.
Said (2003) sostiene que el orientalismo debe entenderse como un discurso, siguiendo la noción propuesta por Michael Foucault en La arqueologĆa del saberĀ (1970) y Vigilar y castigarĀ (1975). A travĆ©s de este discurso, se ha desarrollado un sistema que permite a Occidente conocer y representar a Oriente mediante un filtro previamente establecido, lo que ha condicionado su percepción en el imaginario occidental. Esta construcción no es neutral, sino que ha sido utilizada como una herramienta de manipulación y dominación en distintos Ć”mbitos, incluyendo el polĆtico, sociológico, comunicacional, militar,Ā ideológico y cientĆfico (Said, 2003, pp. 21-25).
Said (2013) analiza la relación entre el liberalismo occidental y el sionismo desde una perspectiva gramsciana, destacando el papel de la hegemonĆa en la configuración de esta alianza ideológica. SegĆŗn Gramsci (1975), la hegemonĆa no se sostiene Ćŗnicamente o exclusivamente por la coerción, sino principalmente por el consentimiento de los dominados, a travĆ©s de la cultura, las instituciones y los intelectuales orgĆ”nicos que refuerzan el orden establecido. Desde esta perspectiva, Said seƱala:
"Es la completa fusión hegemónica entre la visión liberal occidental de las cosas y la visión israelĆ-sionista. Uso aquĆ la palabra hegemónica a sabiendas, con todas sus resonancias en Antonio Gramsci, el gran marxista italiano que analizó la importancia de la cultura y de los intelectuales en la polĆtica. Y ello porque, en la elaboración de uno de sus significados, Gramsci asignó a la hegemonĆa la noción de consentimiento; en otras palabras, hay hegemonĆa no por una mera dominación, sino por consentimiento, por aquiescenciaā (Said, 2013, p. 92).
Este enfoque permite comprender cómo el discurso liberal occidental ha naturalizado el apoyo incondicional a Israel, no solo como una cuestión polĆtica, sino como un consenso ideológico que permea las narrativas culturales, acadĆ©micas y mediĆ”ticas. La hegemonĆa, en este sentido, no opera Ćŗnicamente a travĆ©s de estructuras de poder visibles, sino mediante la producción de ideas que legitiman y perpetĆŗan esta visión. Bajo esta lógica el empleo de la noción de hegemonĆa de Gramsci permite comprender cómo se legitimó por distintos gobiernos occidentales (de diverso sĆmbolo polĆtico) el discurso o la legitimidad de Israel a defenderse tras los atentados perpetrados por Hamas el 7 de octubre. Esta dinĆ”mica tambiĆ©n permite entrever cómo se despliega una imagenĀ
IdeologĆa sionista, despoblación palestina, y las actitudes del colonialismo Europeo y una posible lectura para la descolonización
SegĆŗn Said (2013), las ideas no existen de manera aislada, sino que estĆ”n profundamente influenciadas por el contexto histórico en el que emergen. No obstante, el idealismo interesado tiende a presentarlas como entidades inmutables y puras, desligadas de la realidad. Este fenómeno es evidente en la manera en que se percibe el sionismo, interpretĆ”ndolo como una idea eterna que encarna el anhelo judĆo de autodeterminación en la tierra prometida. AsĆ, su culminación en la creación del Estado de Israel se toma como una prueba de su validez intrĆnseca y de la legitimidad de los medios empleados para su realización. Sin embargo, esta visión ignora el impacto que tuvo sobre los palestinos, quienes lo experimentaron como una ideologĆa forĆ”nea impuesta en su territorio y que transformó radicalmente su realidad histórica y polĆtica (Said, 2013, pp. 109-110).
En este sentido, Said sostiene que el anĆ”lisis de ideas polĆticas como el sionismo debe abordarse desde dos perspectivas: primero, desde una genealogĆa que permita rastrear su origen, sus influencias y su relación con otras ideologĆas e instituciones; y segundo, como un sistema prĆ”ctico de acumulación de poder y desplazamiento de comunidades y legitimidades preexistentes. Sin embargo, realizar este examen resulta especialmente complejo en la actualidad, ya que el sionismo ha adquirido una posición hegemónica en el discurso liberal occidental. AdemĆ”s, en concordancia con su naturaleza ideológica, ha tendido a invisibilizar el contexto histórico de su desarrollo, asĆ como el costo polĆtico que ha significado para los palestinos y las discriminaciones que ha instaurado entre judĆos y no judĆos:
"Las actuales realidades polĆticas y culturales hacen que dicho examen resulte extraordinariamente difĆcil, tanto porque en el Occidente postindustrial el sionismo ha adquirido por sĆ mismo una hegemonĆa casi incontestada en el discurso del establishment liberal, como porque, en sintonĆa con una de sus principales caracterĆsticas ideológicas, el sionismo ha ocultado, o ha hecho desaparecer, literalmente el terreno histórico en el que se ha desarrollado, su coste polĆtico para los habitantes autóctonos de Palestina y sus discriminaciones militantemente opresoras entre judĆos y no judĆos" (Said, 2013, p. 110).
Actualmente, esta estrategia de ocultamiento de su propia historia se ha convertido en un fenómeno institucionalizado dentro del sionismo, extendiĆ©ndose mĆ”s allĆ” de Israel. Exponer esa historia, que fue silenciada y arrebatada a Palestina y a los palestinos, es una tarea tanto intelectual como polĆtica en el contexto de los debates sobre una posible paz en Oriente Próximo. En particular, Estados Unidos desempeƱa un papel clave en este proceso, donde el sionismo es defendido de manera incuestionable. AllĆ, una combinación de intereses y estructuras de poderāque incluyen al complejo militar industrial, al partido demócrata y al partido conversador, a los medios de comunicación, el Ć”mbito acadĆ©mico, la intelectualidad progresista y los sindicatosāha fomentado un respaldo incondicional a Israel. Este apoyo no solo refuerza la influencia del sionismo a nivel nacional, sino que tambiĆ©n contribuye a consolidar el prestigio de estas instituciones en el escenario internacional.
En este contexto, Said (2013) argumenta que el sionismo no puede entenderse sin situarlo dentro del marco del imperialismo, pues su desarrollo y su impacto en Palestina responden a una lógica de dominación colonial. La historia del sionismo no solo debe analizarse como la evolución de una idea polĆtica, sino tambiĆ©n en tĆ©rminos de su relación con los mecanismos de expansión territorial propios del colonialismo europeo. Para Said, el estudio del sionismo debe basarse en la genealogĆa de sus efectos sobre las vĆctimas palestinas, ya que solo asĆ puede comprenderse su verdadero significado dentro del proyecto imperialista:
"Mi interĆ©s estriba en tratar de dejar constancia de los efectos del sionismo en sus vĆctimas, y dichos efectos sólo pueden estudiarse genealógicamente en el marco proporcionado por el imperialismo, incluso en el siglo XIX, cuando el sionismo era todavĆa una idea y no un Estado llamado Israel" (Said, 2013, p. 127).
Desde esta perspectiva, Said retoma la idea de Gramsci sobre la importancia de construir un "inventario" de la historia, es decir, un proceso de reconocimiento de los rastros históricos que han quedado invisibilizados. En este caso, dicho inventario debe centrarse en las experiencias y sufrimientos de los palestinos, quienes han sido sistemĆ”ticamente excluidos del relato hegemónico sobre el conflicto. Said vincula este proceso con la naturaleza misma del imperialismo, el cual, mĆ”s que una simple anexión territorial, constituye un mecanismo de apropiación que transforma no solo el espacio geogrĆ”fico, sino tambiĆ©n las ideas, las poblaciones y las legitimidades polĆticas.
En este sentido, el imperialismo europeo no solo se basó en la conquista de territorios, sino tambiĆ©n en la construcción de un discurso que justificaba su dominio sobre los pueblos colonizados. Como explica Said (2013), la apropiación del territorio iba de la mano con la apropiación ideológica, pues ambas formaban parte de una misma lógica de expansión y legitimación del poder colonial. AsĆ, el sionismo, al insertarse en este contexto, no solo buscó la creación de un Estado, sino que tambiĆ©n se apoyó en una narrativa que deslegitimaba la presencia y los derechos de los palestinos en su propia tierra.
En consecuencia, la cuestión palestina no puede disociarse del proceso mĆ”s amplio de descolonización que, a lo largo del siglo XX, desafió las estructuras de dominación imperialista en distintas regiones del mundo. La lucha de los palestinos por el reconocimiento de su historia, su territorio y sus derechos polĆticos es, en esencia, una lucha anticolonial desde una posible interpretación en base a las reflexiones de Edward Said. Sin embargo, a diferencia de otras experiencias o procesos vinculados a la descolonización, Palestina sigue enfrentando una ocupación y destrucción de su infraestructura crĆtica que perpetĆŗa dinĆ”micas coloniales bajo nuevas formas de legitimación (el proceso de colonización mĆ”s violento en lo que va transcurrido del siglo XXI). La tarea entonces de exponer estas estructuras y desafiar los discursos que las encubren no es solo un ejercicio teórico, sino un acto de resistencia que permite imaginar alternativas a la opresión. Retomar el pensamiento de Said en este contexto significa reivindicar la necesidad de una descolonización integral, no solo del territorio palestino, sino tambiĆ©n del conocimiento, las representaciones y las narrativas que han invisibilizado su lucha.
Relevancia actual del pensamiento y obra de Edward Said
El pensamiento de Edward Said sigue siendo fundamental para comprender las representaciones actuales del mundo islÔmico y del conflicto en Oriente Próximo. de manera semejante a lo que ocurrió tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en territorio norteamericano, donde el Islam fue reducido a una imagen distorsionada vinculada al terrorismo, en la actualidad persiste la construcción de narrativas que simplifican la realidad y refuerzan estereotipos sesgados. La respuesta militar de Israel en Gaza y Cisjordania tras los ataques del 7 de octubre de 2023 ha avivado nuevamente un discurso que deshumaniza a los palestinos y refuerza la idea de que el conflicto es una lucha entre civilización y barbarie. Esta visión distorsionada no sólo ignora el contexto histórico del conflicto, sino que también legitima la violencia, el asesinato, la deshumanización, el despojo, como única respuesta posible.
Ante este panorama, el legado de Said cobra especial relevancia, pues convoca a reflexionar desde la genealogĆa y la historia las representaciones reduccionistas y analizar los hechos desde una perspectiva crĆtica. Desde esta lógica, resulta entonces obligatorio aclarar que no se trata de construir un nuevo relato que sustituya al anterior, sino de cuestionar/identificar las visiones impuestas y despojarse de los estereotipos ideológicos y cosmovisiones que han marcado la percepción occidental sobre el Islam y el mundo Ć”rabe. Esto implica no aceptar narrativas simplificadas y tratar de comprender la densa complejidad del conflicto palestino-israelĆ en toda su dimensión histórica y polĆtica, hegemónica y discursiva, sin caer en reduccionismos y pauperizaciones que justifican la opresión de un pueblo en nombre de la seguridadĀ e institucionalización de otro.
Conclusión
El conflicto palestino-israelĆ es el epicentro de la inestabilidad en Oriente Próximo, y su resolución es crucial para el futuro de la región. La injusticia que padecen los palestinos desde la creación del Estado de Israel, marcada por la ocupación y la colonización, no solo representa una crisis humanitaria, sino tambiĆ©n una de las grandes cuestiones morales de nuestra Ć©poca. Abordar esta complejidad y conflicto desde la obra de Said implica un anĆ”lisis riguroso de sus raĆces históricas y de las narrativas que lo han sostenido, con el objetivo de formular soluciones basadas en la coexistencia y el reconocimiento mutuo.
En definitiva, el estudio de la cuestión palestina requiere una investigación interdisciplinaria que trascienda la filosofĆa polĆtica e involucre la historia, la genealogĆa, la sociologĆa, la comunicación y los estudios culturales, cuestiones que la obra de Said aborda en sus diferentes aspectos y complejidades. El objetivo de esta simple reseƱa es brindar un acercamiento a la obra de Said no desde su totalidad, sino simplemente acercarse a breves reflexiones que brinda en El orientalismoĀ y La cuestión palestina.Ā En un mundo caracterizado por el ascenso de China y el conflicto entre Rusia y Ucrania, comprender la complejidad del conflicto en palestina no es solo un ejercicio acadĆ©mico, sino una necesidad Ć©tica. Retomar el pensamiento de Said en este contexto significa no sólo reconocer la naturaleza colonial del sionismo desde la perspectiva del autor de esta reseƱa, sino tambiĆ©n reivindicar la riqueza de la sociedad palestina, entendiendo que va mĆ”s allĆ” del territorio, abarcando el conocimiento, la memoria y la producción de significado. Desmantelando determinadas estructuras narrativas, discursivas y cosmovisiones ideológicas se podrĆ” avanzar hacia una comprensión clara y en perspectiva histórica del conflicto en palestina, que permita imaginar caminos alternativos a la opresión y la violencia.
BibliografĆa:Ā
Foucault, M. (1970). La arqueologĆa del saber. Siglo XXI Editores.
Foucault, M. (1975). Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Siglo XXI Editores.
Gramsci, A. (1971). Cuadernos de la cƔrcel. Ediciones Era.
Marx, K. (1972). El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (J. Aricó, Trad.). Siglo XXI Editores. (Obra original publicada en 1852).
Said, E. (2003). Orientalismo. Editorial de Bolsillo.
Said, E. (2013). La cuestión palestina. Debate.