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¿Qué hacemos con Aerolíneas? | Licenciada Camila Luna

Actualizado: 6 sept 2019


La historia de Aerolíneas Argentinas pareciera asemejarse a la película El Día de la Marmota protagonizada por Bill Murray. En ese film el personaje principal se encuentra atrapado en el tiempo y debe repetir todos los días el mismo día, atravesando una y otra vez las mismas situaciones. La empresa aerocomercial pareciera ubicarse en similar historia volviéndonos a hacer testigos de referencias a la compañía que ponen el eje en la posibilidad de su venta y la defensa de sus trabajadores.



¿Por qué, sin hablar de privatización (el gobierno habla de bajar costos para “hacerla crecer” y los trabajadores de que la quieren hacer quebrar), sentimos estar atravesando nuevamente un proceso ya vivido? ¿Por qué sin estar enmarcados en una transformación del aparato estatal semejante a la de los años ’90, que definía al Estado como deficitario, nos sentimos apelados como parte de un nuevo proceso de transformación empresarial que vería perecer los beneficios de poseer una línea aérea de bandera? ¿Es parte del deja vú de los tiempos que corren?


Desde el advenimiento democrático, los trabajadores de Aerolíneas se encontraron en el centro de los debates por la privatización de la empresa. Durante la década del ’80 se llevaron adelante una serie de medidas de fuerza en contra de la política aerocomercial de la presidencia de la compañía que marcó uno de los ejes alrededor de los que comenzó a legitimarse la venta de la empresa: eran trabajadores privilegiados que el sector público no podía sostener. En 1990, dentro de la concepción de subsidiariedad estatal y en la necesidad de su transformación, la empresa fue vendida a una compañía estatal de origen español. Luego de una década de reiteradas denuncias de vaciamiento por parte de los trabajadores y la paralización de sus actividades en 2001, se abrió un nuevo proceso en su historia, con la reestatización de la aerolínea de bandera en el año 2008.


Hoy, estas idas y vueltas con respecto a la naturaleza de la propiedad empresarial vuelven a rondar a los medios de comunicación y empiezan a envolver a la opinión pública nuevamente forzándola a posicionarse al respecto. En este proceso, pareciera ser que este loop por el que atraviesa la empresa se encuentra marcado por una serie de antinomias que le dan sustento y que han formado parte de la condición en que se gestó la legitimidad de las distintas decisiones tomadas alrededor de la posibilidad de su reestructuración. Entonces, parte de la familiaridad de la forma en que se introduce la cuestión de Aerolíneas Argentinas tiene que ver no sólo con el deja vú de otras épocas, sino con los marcos a través de los cuales se nos propone pensar la condición en la que se encuentra la empresa.


En primer lugar, el gobierno y la presidencia actual de la compañía oponen las demandas de los trabajadores al interés general. Los empleados de la compañía, particularmente los pilotos, vuelven a ser referidos como empleados privilegiados cuyos salarios y condiciones laborales exceden las posibilidades presupuestarias estatales. Se habla así de “promedios” salariales del sector, de lo que se hubiera hecho con el dinero que se destina al pago de sus sueldos y se los ubica en la condición de obstáculos a una posible mejor asignación estatal de los recursos.

Por otro lado, se opone el trabajador al usuario. Esto es, se aduce que los “privilegios” que defienden los trabajadores del aire no permiten a la compañía crecer a menores costos y, por lo tanto, reducir tarifas y mejorar la competitividad con las empresas internacionales. Entonces, la oposición al ingreso de las empresas low – cost perjudica a ese pasajero que necesita mejor conectividad a menor costo.


Así como la gestación de estas oposiciones constituyen un modo estrictamente comercial de concebir al Estado, a sus trabajadores y a la compañía que no son nuevos, son los trabajadores los que apelan a modalidades sensibilizatorias de otros tiempos para pensar el devenir empresarial. La consigna “Todos somos Aerolíneas Argentinas y Austral” reflota después de casi 20 años para identificar a ese usuario expulsado de la órbita del interés por las propuestas sindicales hacia la identificación de la aerolínea con la nación en su conjunto.
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