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Tres derrotas en 2 días

Tres episodios recientes revelan el (des)orden del escenario internacional: el giro político en Bolivia tras el fin del ciclo del MAS, la subordinación de la política exterior argentina a Washington y una derrota deportiva que, paradójicamente, deja una lección de dignidad colectiva.

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por Juan Pablo Demaría Aguilar


Tres temas de lo internacional, tres derrotas de alcance internacional. La derrota del MAS en Bolivia, la derrota de la política exterior del gobierno argentino en su relación de sumisión a Estados Unidos y la derrota de la selección argentina frente a Marruecos en la final del mundial de fútbol sub 20 en Chile. En algunas derrotas hay más dignidad que en algunas victorias. Sin embargo, en el segundo caso mencionado no se aplica el aforismo. La derrota de la política exterior del gobierno de Milei es una derrota planificada para perjudicar al pueblo argentino y beneficiar a concentrados grupos de poder locales y transnacionales.


La segunda vuelta en Bolivia dio como ganador a Rodrigo Paz. Se empieza a abrir un escenario y a cerrar otro. Se va cerrando el ciclo del MAS en el gobierno y el estado y se va abriendo un ciclo que con la victoria de Paz da lugar a percibir que en Bolivia no darán una vuelta de página, sino que quemarán por completo un libro para empezar a leer otro, es decir, el triunfo de paz habilita una intuición: con Paz en el gobierno se dará inicio a un proyecto político diferente u opuesto al del MAS. ¿Realmente gobernó el MAS durante 20 años o sólo durante 14 y los últimos 6 primero gobernó la golpista Áñez Chávez y luego el gobierno de Arce que aún no termina su mandato? ¿El gobierno de Arce fue una continuidad del legado golpista, una diferencia “poco sustancial” con la herencia golpista que le dejó su predecesora?


Estados Unidos dio un swap a la Argentina por 20 mil millones de dólares para “ayudar” al país latinoamericano a estabilizar su economía. Una ayuda que le servirá al gobierno argentino en el corto plazo para mantener un dólar relativamente estable que sube gradualmente a la par que se devalúa el peso argentino. Una ayuda que es, metafóricamente hablando, un salvavidas de plomo teniendo en cuenta que EEUU tiene con Argentina más una relación de competencia que de cooperación lo que conflictúa la relación bilateral.


La selección argentina de fútbol sub 20 perdió contra la selección sub 20 de Marruecos. El país africano venció por 2 a 0 a la nación latinoamericana en un partido en el que los pibes argentinos jugaron como mejor pudieron, hicieron todo lo posible para ganar, pero fueron derrotados por los jóvenes marroquíes que con más tenacidad y hambre de victoria lograron hacer los 2 goles que le valieron la copa del mundo. Un partido que no fue de igual a igual, pero que tuvo a una selección sub 20 argentina que, aunque haya salido subcampeona nos deja la enseñanza de la que hablamos en el aforismo del primer párrafo de este breve ensayo. La derrota de los pibes argentinos es más digna que una victoria que no ocurrió y que fue una ilusión que tuvimos millones de argentinos que deseamos realmente que la Argentina gane la copa del mundo.

 

Adiós MAS. Hola Paz

 

“Que 20 años no es nada” dice una parte del tango titulado Volver. ¿Gobernó 20 años el MAS en Bolivia? Dos gobiernos con la presidencia de Evo Morales y la vicepresidencia a cargo de Álvaro García Linera, un tercero que fue derrocado por un golpe de estado que se dio mediante la activa y artera participación de sectores opositores al gobierno, entre ellos una parte de la clase política, una parte del campesinado, una parte del poder judicial, una parte del ejército y el apoyo del gobierno de EEUU, y que tuvo como protagonista a la que luego fue presidenta de Bolivia, la golpista Jeanine Áñez Chávez. Una vez restablecida la normalidad del sistema electoral en el marco de la democracia, ganó las elecciones presidenciales Luís Arce que aún gobierna Bolivia. ¿Es el gobierno de Arce una continuidad de iure (derecho) del gobierno de facto (hecho) de su predecesora?


Paz, el vencedor de la segunda vuelta electoral de las elecciones presidenciales en Bolivia, tiene el rótulo de político de centro derecha. Terminología moderna contemporánea que todavía se usa para hablar de políticos o de posturas políticas que tienen que ver con la moderación en favor del sostenimiento del statu quo imperante. Más allá de esta brevísima caracterización, el futuro presidente de Bolivia contará con la profusa herencia de casi 3 lustros del MAS y de poco más de un lustro de la “dictadura democrática” (oxímoron que usamos para referirnos a lo que fue el gobierno de la señora golpista y el su democrático republicano sucesor).


La trascendencia internacional que tiene este acontecimiento no pasa sólo por los recursos estratégicos que tiene Bolivia, que es parte del triángulo del litio junto con Argentina y Chile, y los usos de este recurso codiciado por grandes potencias mundiales (actores estatales y no estatales). También están las percepciones intra y extra regionales sobre Bolivia en lo geopolítico, es decir, un lugar a ocupar por actores locales e internacionales para hacer uso de los recursos que hay en geografía boliviana y a quiénes beneficiaría y a quiénes no. El futuro gobierno de Paz que pronto asumirá sus funciones, da que percibir que no operará en favor de los intereses nacionales del país que presidirá, como también se presta a la percepción de que la injerencia de potencias mundiales en la política interna y la exterior boliviana será de una densidad importante.

 

Un salvavidas de plomo

 

La ayuda financiera de EEUU a la Argentina más que ayuda es una forma de presionar y extorsionar a un país soberano para que cumpla con los intereses de país más poderoso del norte de América. Un salvavidas de plomo disfrazado de ayuda. No se trata de un caso de cooperación internacional de tipo bilateral donde un país A coopera con un país B otorgándole lo que necesita B a cambio de que B le otorgue a A lo que este necesita. En el caso del que hablamos, la secretaría del tesoro de EEUU le otorgó al Banco Central de la República Argentina (BCRA) un swap de hasta 20 mil millones de dólares. Esto ubica al país latinoamericano en una situación de fáctica dependencia al país más poderoso de norteamérica. La derrota del gobierno argentino consiste en su posición de sumisión a los intereses del gobierno de EEUU.


Argentina viene contrayendo swap desde el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner hasta la fecha. Lo ha hecho con China, ahora con EEUU. ¿La relación del país latinoamericano con el país más poderoso de Asia es de cooperación? Sí. La argentina coopera con China vendiéndole materias primas y China otorgándole swap, financiando infraestructura, obras públicas. Por otra parte, China es una potencia mundial comparada con Argentina que es una potencia media. Lo que ubica al país latinoamericano en situación desventajosa debido al tamaño político, comercial, económico, etc. del gigante asiático comparado con el de la potencia media de Latinoamérica.


El debate liberación o dependencia se reaviva hoy en día, en pleno cambio de época en el (des)orden internacional, pero los términos quedaron atrás, aunque se mantiene un tipo de relacionamiento de la política exterior del gobierno argentino en funciones con las grandes potencias mundiales que huele a esos términos de un pasado reciente. Sumisión o autonomía soberana.

 

Un 2 a 0 o la victoria de la dignidad de los pibes

 

El triunfo de los pibes de Marruecos a los de la Argentina fue producto de que el equipo africano jugó mejor, jugó a ganar. Hambre de gol, hicieron 2, hambre de victoria, ganaron el partido y se llevaron la copa del mundo. No fue un fracaso de la selección argentina sub 20, fue una derrota digna, fue un aprendizaje y una enseñanza. Argentina ganó 6 copas mundiales en la historia de los campeonatos mundiales de fútbol sub 20. Marruecos ganó su primera y, hasta ahora y por ahora, única copa del mundo. No es necesario caer en una comparación revanchista, sino de destacar la tenacidad y la búsqueda, y el sueño de ganar la copa del mundo. Deseo compartido, realidad que se hizo carne esta vez en favor del equipo marroquí.


El equipo que dirigió Diego Placente se lleva la victoria de la dignidad, esa que queda en la memoria y la pasión de millones de argentinos y en aquellos que en distintas partes del mundo ven en la selección sub 20 argentina (y piensan en Messi, en Maradona. Ambos jugaron en la selección sub 20 y ganaron la copa del mundo) sus esperanzas, sus alegrías, el disfrute personal y colectivo en un (des)orden internacional atravesado por la tristeza y la incertidumbre generalizada.


Salir segundo también es una forma de ganar, aunque no se salga primero, pero jugando para ganar, aunque se pierda. Los pibes de la selección argentina sub 20 hicieron lo que mejor pudieron, lo dieron todo. La alegría no es solo marroquí. Algunos pibes del seleccionado sub 20 jugarán en un futuro próximo, cercano en la selección mayor e imaginamos y elegimos creer que jugarán el próximo mundial en 2026. La cuarta copa del mundo para Argentina es un deseo y una esperanza en millones de argentinos y personas de otros lugares de este cambiante y tumultuoso mundo.   

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