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Digitalización en África: Alianzas público-privadas, oportunidades y desafíos geoestratégicos

La transformación digital en África avanza mediante asociaciones público-privadas que conectan al continente con el mundo. Sin embargo, la falta de infraestructura, las tensiones geopolíticas y los desafíos regulatorios trazan un camino complejo hacia una soberanía digital real.

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Por Daniel Camargo


La digitalización se ha consolidado como un vector estratégico fundamental para los países del Sur Global, facilitando su integración en una economía internacional caracterizada por la multipolaridad y la interdependencia (Serrano, 2020 ; Maresca, 2024). El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha potenciado la conectividad y la interacción global, creando un entorno favorable para el comercio digital, la economía de plataformas y el acceso equitativo a servicios esenciales como la educación, la salud y la información. Este proceso no solo contribuye al crecimiento económico, sino que también opera como un mecanismo de inclusión social, permitiendo la incorporación de comunidades rurales y regiones históricamente marginadas a los circuitos productivos y sociales, lo que a su vez promueve una sociedad más justa e inclusiva.


A pesar de ello, frente al acelerado proceso de digitalización a nivel mundial, los países africanos se enfrentan al reto de construir un ecosistema digital adaptado a sus propias necesidades y a las dinámicas de la geopolítica contemporánea, con el fin de evitar un mayor rezago en relación con la rápida evolución de la innovación tecnológica. Esta brecha se origina, en gran medida, por la insuficiencia en infraestructuras y el limitado desarrollo tecnológico, factores que dificultan el funcionamiento efectivo del gobierno electrónico en el actual contexto de la sociedad del conocimiento. En este sentido, el Banco Mundial estimó en 2019 que serían necesarios alrededor de 100.000 millones de dólares para garantizar el acceso universal a internet de banda ancha de calidad en África para el año 2030. Por su parte, el Fondo Mundial para la Infraestructura calculó que el continente requerirá aproximadamente 1,7 billones de dólares durante las próximas dos décadas para atender sus necesidades en materia de infraestructura digital. En respuesta a este panorama, las asociaciones público-privadas (APP) se han consolidado como un instrumento estratégico clave para enfrentar estos desafíos. Dichos esquemas han facilitado el acceso de diversos gobiernos africanos a recursos financieros, conocimientos técnicos y modelos de gestión innovadores. Entre 1990 y 2019, las inversiones en APP alcanzaron aproximadamente los 74.800 millones de dólares, y en 2020 se identificaron 479 proyectos activos en todo el continente, enfocados principalmente en el desarrollo de infraestructuras eléctricas, conectividad de banda ancha, centros de datos y sistemas de identidad digital.(E-Governance Knowledge Hub, 2024b) Estas iniciativas han sido fundamentales para mejorar la infraestructura tecnológica y sentar las bases necesarias para la prestación eficiente de servicios públicos digitales.


No obstante, el éxito de los esquemas de asociaciones público privadas (APP) requiere políticas regulatorias. Tal como señala el E-Governance Knowledge Hub (2024a), es fundamental establecer normas sobre interoperabilidad, seguridad de datos, uso de software de código abierto y mecanismos eficaces de evaluación del desempeño. Igualmente, resulta prioritario abordar los riesgos vinculados a la concentración del poder digital en manos de grandes corporaciones tecnológicas como describe Varoufakis, (2024) para lo cual se necesita un marco regulatorio acorde a la nueva realidad digital (E-Governance Knowledge Hub, 2024c).

 

En consecuencia, las asociaciones público-privadas representan una solución pragmática ante la escasez de recursos y son una herramienta estratégica para construir infraestructura digital. A través de estas alianzas, determinados países Africanos pueden avanzar hacia una gobernanza electrónica idónea para responder a los desafíos del presente y de impulsar la transformación digital. Estas estrategias, vinculadas a la cooperación internacional, facilitan la adquisición de infraestructura, promueven el fortalecimiento de capacidades locales y la formulación de políticas digitales. Las TIC, en este contexto, se afianzan como motores de transformación económica y social, capaces de fomentar la inclusión financiera, la innovación tecnológica, la generación de empleo y una gobernanza digital.


La importancia de actores internacionales para la gobernanza electrónica

Los esquemas de asociaciones público-privado dinamizados por la cooperación  internacional ayudan a abordar desafíos como la infraestructura insuficiente o inexistente, proveer fondos frente a recursos limitados y formar expertos especializados en las distintas áreas de las Tics. Entre 1990 y 2019, distintos gobiernos del continente Africano asignaron aproximadamente USD 74.800 millones a las (APP). En 2020, se implementaron un total de 479 APP en todo el continente, de las cuales 409 estaban en curso. La mayoría de los proyectos se centran en el desarrollo de instalaciones eléctricas (Centro de conocimiento sobre gobernanza electrónica, 2024). También se destacan inversiones en conectividad de banda ancha, centros de datos, y plataformas para la prestación de servicios públicos, elementos esenciales para consolidar una infraestructura digital. El desarrollo del gobierno electrónico en determinados países africanos se apoya en una red amplia de actores internacionales, tanto públicos como privados, que desempeñan un papel fundamental en la transformación digital del continente. Entre estos, el Banco Mundial ha tenido una participación en el impulso de asociaciones público-privadas (APP), proporcionando herramientas de carácter financiero, asistencia técnica y recomendaciones en materia de políticas públicas. Un ejemplo de esta dinámica lo ofrece Sudáfrica con el lanzamiento del programa de APP a través de su Tesoro Nacional. En el marco de esta iniciativa, el Departamento de Trabajo y la Unidad de APP del Banco Mundial implementaron el Proyecto de Interfaz con las Partes Interesadas, mejorando sustancialmente el acceso a servicios laborales. El Banco Africano de Desarrollo (BAfD)  ha sido fundamental en la promoción de APP, incluyendo la gobernanza digital entre sus sectores prioritarios y estratégicos. Durante el periodo 2008 – 2018, Sudáfrica, Marruecos, Nigeria, Egipto y Ghana lideraron la ejecución de estos proyectos, concentrando más del 50 % de las iniciativas exitosas. Otros países como Burkina Faso y Botsuana también avanzaron con múltiples proyectos en curso. En 2021, el BAfD  presentó su marco estratégico de APP 2021-2031, enfocado en fortalecer el entorno institucional, promoviendo el financiamiento y acompañamiento técnico. Este marco busca impulsar el crecimiento digital, y generar capacidades locales que permitan una mayor autonomía estratégica.


Además, el Consorcio de Infraestructura para África (ICA), fundado en la Cumbre del G8 en 2005, constituye otro pilar fundamental en el ecosistema internacional. Reuniendo a miembros del G8, el Grupo del Banco Mundial, el BAfD, la Comisión Europea, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco de Desarrollo de África Austral (DBSA), el ICA actúa como una plataforma de coordinación y movilización de recursos. En 2020, el consorcio identificó la falta de voluntad política y la incertidumbre institucional como los principales desafíos para la implementación eficaz de las APP, destacando la necesidad de fortalecer la gobernanza y la planificación estratégica. Un avance reciente es la creación de la Alianza para el Acceso Digital en África (PDAA), lanzada en mayo de 2024. Estas alianzas público-privadas de carácter internacional buscan cerrar la brecha digital a través de la expansión de la conectividad y el fomento de la inclusión digital. En conjunto, estos esquemas evidencian el despliegue tecnológico occidental con un claro interés estratégico en la región con el financiamiento en proyectos de infraestructura, la transferencia de conocimiento y el fortalecimiento institucional.


La geoestrategia de las telecomunicaciones en el Sahel: enfoque en las APP  de la república popular de china.

García Llata (2024) subraya que la digitalización en la región del Sahel es fundamental para su inserción en la economía global del siglo XXI, especialmente en un entorno caracterizado por desafíos estructurales como la inestabilidad política, la fragilidad institucional y el déficit de servicios básicos. Ante esta situación, potencias extranjeras han encontrado en la región un espacio estratégico para extender su influencia mediante inversiones en infraestructura digital. En este marco, la República Popular de China ha ganado protagonismo a través de su iniciativa Digital Silk Road (DSR), que forma parte del proyecto más amplio de la Franja y la Ruta. Esta estrategia se ha materializado en el Sahel mediante el despliegue de redes de telecomunicaciones, centros de datos y conectividad móvil, ejecutados principalmente bajo esquemas de asociaciones público-privadas (APP).


A través de empresas como Huawei y ZTE, China ha establecido convenios con gobiernos locales para el desarrollo de infraestructura digital crítica, utilizando modelos híbridos que combinan financiamiento estatal chino, préstamos concesionales y participación técnica del sector privado. Estos proyectos permiten a los Estados receptores mejorar su conectividad sin asumir inicialmente los costos totales de inversión, aunque con implicaciones de dependencia tecnológica y financiera a largo plazo.(Varoufakis,2024)Así, el impulso de las APP en el ámbito de las telecomunicaciones no solo ha acelerado la expansión digital en el Sahel, sino que también ha convertido a la región en un terreno clave dentro de la competencia geopolítica global por el control de las redes digitales. Un ejemplo destacado es el programa Huawei RuralStar, que implementa microestaciones autónomas en zonas rurales difíciles de cubrir. Este modelo, desplegado en varios países africanos, ha demostrado un impacto significativo al conectar a comunidades remotas, en parte mediante esquemas APP que reducen la carga inicial de inversión para los Estados receptores (China–Africa Digital Technology Collaboration, 2023).


Asimismo, China ha participado en el tendido de cables submarinos como el Peace Cable y 2Africa, en colaboración con operadores africanos, consolidando la integración digital con Asia y Europa. Estas infraestructuras se han desarrollado en parte mediante esquemas APP que buscan reforzar la soberanía digital del continente, aunque también implican una creciente dependencia tecnológica y financiera (Mwema E ; Birhane, A. 2024)


En el Sahel, los acuerdos APP entre gobiernos locales y empresas chinas han permitido el despliegue de redes esenciales de fibra óptica y conectividad móvil en países como Chad, Níger y Mauritania. Sin embargo, estos convenios también han suscitado preocupación sobre la sostenibilidad financiera, la transparencia contractual y la autonomía tecnológica de los Estados involucrados. Un aspecto positivo a resaltar de las APP ha sido la transferencia de tecnología y capacitación: Huawei ha establecido iniciativas como la Huawei Leadership Enhancement and Advancement Program (LEAP) y la RuralStar Academy, que han formado a miles de técnicos locales en instalación y mantenimiento de infraestructura, contribuyendo al desarrollo de capital humano especializado en el sector (Tugendhat, 2020; Agbebi, 2018).


No obstante, persisten riesgos importantes. Varias investigaciones, entre ellas las de la South African Institute of International Affairs (SAIIA), han identificado cláusulas opacas en estos contratos, falta de supervisión regulatoria y vulnerabilidad ante la concentración tecnológica, lo que pone en cuestión el control nacional sobre plataformas críticas y la protección de datos ciudadanos (SAIIA, 2022; Chatham House, 2019).


A modo de conclusión, la internacionalización de las asociaciones público-privadas (APP) se ha configurado en África como un entramado complejo de intereses económicos, tecnológicos y geopolíticos que, al articular capital, conocimiento y gobernanza de múltiples actores, redefine la inserción del continente en la economía digital mundial. Estas alianzas trascienden la mera financiación de infraestructura para convertirse en mecanismos de poder blando y duro: permiten a las potencias proyectar influencia estratégica, mientras que los Estados africanos obtienen rutas de que difícilmente podrían costear de manera autónoma. No obstante, su eficacia y legitimidad dependen de la capacidad local para transformar la transferencia tecnológica en valor endógeno, fortalecer marcos regulatorios que protejan la soberanía digital y garantizar transparencia contractual que evite nuevas dependencias asimétricas.


Bibliografía:

➢     Agbebi, M. (2018). China in Africa’s telecom sector: Opportunities for human capital development? A case of Huawei in Nigeria. Human Resource Development International, 21(5), 532–551. https://doi.org/10.1080/13678868.2018.1512232

➢    Chatham House. (2019). Africa and China: Navigating the digital Silk Road. https://www.chathamhouse.org

➢    China–Africa Digital Technology Collaboration. (2023). Digital infrastructure cooperation in Africa. En China–Africa Digital Technology Collaboration (pp. 123–145). Springer. https://doi.org/10.1007/978-981-97-4576-0_20

➢     e-Governance Hub. (2024a). E-Governance in Africa 2024: Opportunities and challenges. https://e-governancehub.ru/publications-2/

➢    e-Governance Hub. (2024b). Proyectos APP en África: Inversiones y conectividad. https://e-governancehub.ru/publications-2/

➢    eGovernance Hub. (2024c). Regulación digital, interoperabilidad y concentración tecnológica. https://e-governancehub.ru/publications-2/

➢    García Llata, A. (2024). Fibras diplomáticas: La geoestrategia de las telecomunicaciones en el Sahel. Ministerio de Defensa de España. https://www.defensa.gob.es/ceseden/-/fibras-diplom%C3%A1ticas-la-geoestrategia-de-las-telecomunicaciones-en-el-sahel-1

➢    León Serrano, G. (2020). Interdependencia tecnológica y su impacto estratégico. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7724460

➢    Maresca, A. (2024). El sistema internacional actual entre multipolaridad y dependencia: Oportunidades para América Latina y el Sur Global. CUPEA Cuadernos de Política Exterior Argentina, (140). https://doi.org/10.35305/cc.140.227

➢    Mwema, E., & Birhane, A. (2024, abril). Cables submarinos en África: Las nuevas fronteras del colonialismo digital. First Monday, 29(4). https://doi.org/10.5210/fm.v29i4.13637

➢    SAIIA. (2022). Technology transfer in telecommunications: Barriers and opportunities in the case of Huawei and ZTE in South Africa. South African Institute of International Affairs.

➢    Tugendhat, H. (2020). How Huawei succeeds in Africa: Training and knowledge transfers in Kenya and Nigeria. SAIS–CARI Policy Brief, 4. https://african.ucsd.edu/_files/briefs/tugendhat_brief_final.pdf

➢    Varoufakis, Y. (2024). Tecnofeudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo. Editorial Deusto.

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