El regreso de los 90

La serie sobre Carlos Menem y la de la AMIA nos invitan a repensar los años '90 en la Argentina: privatizaciones, farándula, poder y tragedias que siguen resonando. Un espejo del presente donde la historia parece repetirse, con nuevos actores pero viejas recetas.

Por Carlos Alberto Aguirre

Se dice coloquialmente que todo tiempo pasado fue mejor. Quizas sea cierto o no, pero los eventos sociales, económicos y políticos​ dejan una huella, una marca de un estilo que es influenciado directa o indirectamente por su época y las ideologías predominantes de sus años. ​Quizás eso sucede con la serie de Menem y de la AMIA, que son contemporáneas, obviamente llevadas a través de la ficcion para no comerse juicios.

La serie de quien fue dos veces presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem, nos relata, desde sus comienzos, cómo añoraba llegar a la presidencia y de la campaña que se montó en el menemovil recorriendo toda la Republica Argentina, cada pueblo, cada ciudad, hasta cerrar la campaña en el estadio de River Plate, club del cual él era fanático. 

En ese mismo capítulo se divisan varias cuestiones: la influencia de la familia Yoma que es la que posee dinero y poder, y acerca los negocios. El triunfo en su interna con Cafiero. Por otro lado, también se ve cómo negocia puestos de gobierno con líderes sindicales típicos de la rosca política.

En los capítulos siguientes se logra ver el modelo del 1 a 1, las privatizaciones, la farandulización de la política​, el ostento de las ferraris, las fiestas en Casa Rosada o en Olivos; la pelea o disputa con Cavallo; un plebiscito que se llamaría para ver si era posible cambiar la Constitución Nacional para su reeleción.

Entre los momentos tensos se encuentran el levantamiento de los carapintadas los cuales se los exonera; pero también tragedias con muchísimo impacto como la muerte de su hijo Junior y el atentado a la AMIA, que se desarrolla más en la serie del mismo nombre, y que hasta el día de hoy no se ha podido resolver el caso, a 30 años del hecho.

Quizás exista algo desde los políticos de turno, Milei mismo lo ha dicho mil veces, el aprecio y el modelo a seguir sería el mismo. Bien vistas​ las privatizaciones, reducir el déficit unequilibrio fiscal, la farandulización. Pero no estamos en esos mismos tiempos, han aparecido otros actores internacionales; ya no existe un bipolarismo como existía en la época de los 90. 

Hoy en día hay múltiples actores, existe una interdependencia compleja en términos de  Keohane y Nye, no solamente de EEUU, sino Rusia, India, China, Brasil por nombrar alguno de los sectores, las privatizaciones que en su momento fueron felicitadas hoy están en pugna; el  caso de AySA, por ejemplo, es el único que parece avanzar, como en su momento fue Entel, como bien lo demuestra la serie.

Económicamente repetimos el mismo patrón; geopolíticamente estamos con los países occidentales pro democracia y libertad, igual que en aquella época. No estamos tan distantes de aquellos tiempos, pero esperemos que no se repita la historia como tragedia, como decia Marx, en el 18 brumario de Luis Bonaparte, y tal como nos sucedió en 2001.