Nos encontramos ante un momento histórico: la posibilidad de cambiar la triste realidad de ser uno de los cursos de agua más contaminados del mundo para pasar a ser fuente de vida, esparcimiento y conexión entre la Provincia de BSAS y la Ciudad. El 22 de noviembre, los concejeros por la Ciudad de Buenos Aires ante ACUMAR, Luciana Setti y Antonio Demarco, solicitaron al Consejo Directivo un pronunciamiento concreto en orden de solicitar a la autoridad judicial el levantamiento de la prohibición de navegar en el tramo Vuelta de Rocha / Barraca Peña, un tramo de 1200 metros con un gran valor histórico y patrimonial para ser explotado turísticamente. Es un gran paso, aunque creemos que no es suficiente. La cuenca Riachuelo es parte de un todo, y el Concejo debe actuar de manera orgánica.
Dicho esto, invitamos a los concejeros que representan a los distritos de Lanús, Avellaneda y Lomas de Zamora a acompañar esta solicitud de la Ciudad y requerir al Juzgado de Morón el levantamiento de la medida de suspensión de navegabilidad que dictaminó el juez Armella el 28 de marzo del año 2011. Es la condición de posibilidad para dejar atrás una cuenca sin vida y pasar a tener una cuenca dinámica, con la consiguiente oxigenación de sus aguas.
Para que haya vida y se recupere el ecosistema marítimo es necesario que el agua tenga al menos 5 mg. de oxígeno disuelto por litro. En la cuenca baja del Riachuelo, la más cercana a la desembocadura, no hay oxígeno y la vida es imposible. La acción humana y fabril ha generado una gran cantidad de nutrientes de agentes químicos tales como el nitrógeno, fósforo, aguas residuales tanto domiciliarias como industrializadas, hidrocarburos y sus derivados; estos a su vez permiten que agentes bacteriológicos dañinos (como la Escherichia coli, virus, protozoos, algas e insectos) se reproduzcan causando la contaminación permanente e innumerables enfermedades que impiden el mero contacto con las mismas. Asimismo, restringen las actividades recreativas, de esparcimiento y, por lo tanto, su navegabilidad. Detalle no menor, dado que ha sido demostrado con los casos de los ríos Támesis, Rin y Sena que el transporte fluvial es uno de los componentes cruciales para la limpieza de los cauces, complementando las tareas de limpieza con la oxigenación mecánica que generan las hélices de las embarcaciones.
Desde el CEDI concebimos que no es posible pensar el sur de la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano sin tener en cuenta al Riachuelo. Y desde el año 2016 venimos impulsando con encuentros, documentos, notas e incluso anteproyectos de leyes la navegabilidad de todo el curso de agua, desde Puente La Noria hasta Puerto Madero, para de esta forma desarrollar y fortalecer servicios de transporte, logísticos e intermodales, considerando el aprovechamiento sostenible del cauce de la cuenca baja. Seguimos trabajando bajo una iniciativa que es abierta e inclusiva para todas las personas que quieran sumarse. Es en este marco que entendemos al Riachuelo como una pieza central del área metropolitana que, al incorporar el proyecto de Lanchas Colectivo a nuestro proyecto de Ley de Movilidad Urbana Sustentable, podría de esta forma modificar el desarrollo y la conexión de los habitantes con la cuenca de manera que se contemplen de forma satisfactoria las variables ambientales, sociales y de uso de la misma. En este sentido, el Proyecto de recuperación de la navegabilidad por el Riachuelo por el que abogamos en esta nota constituye un paso fundamental y decisivo para la consolidación de un medio de transporte que conecte los principales nodos que atraviesan este curso.
Pensar el transporte de manera integral y multimodal, conectando las estaciones de Ferrocarril, subte, Puentes y el Mercado central de manera eficiente y sustentable deviene una urgencia y necesidad.
Citando a Alicia Castro, pensamos el Mar desde una reposera, no desde su potencial. Lo mismo pasa con nuestro Riachuelo y Río. Durante años les hemos dado la espalda. Es hora de que esto cambie. Solo hace falta voluntad política y unidad. Lic. Lisandro Firpo